Blogia

OkCuba

Lo que no me dijo Invasor (1)

Lo que no me dijo Invasor (1)

Pero no solo Invasor, el órgano impreso del Comité Provincial del Partido  que  solo los sábados llega a los avileños,  no trajo la información esperada. También se sumaron a ese silencio los espacios informativos de la radio y de la televisión en Ciego de Ávila.

 No ya como periodista, sino como un simple lector, oyente o televidente esperaba  una información más ampliada sobre los últimos acontecimientos en la provincia que no están relacionados con la marcha de la zafra azucarera, el cumplimiento del plan de inversiones, el acopio de viandas ni hortalizas, ni la preparación del pueblo para la defensa de cada conquista,  ni la llegada de más turistas al Polo Jardines del Rey, ni de los problemas con el abasto de agua o de otro tema de interés.

 Ciego de Ávila en particular, la capital provincial, está estremecida por un tsunami muy local de casos de corrupción donde han estado implicados directivos y funcionarios de algunas dependencias estatales, aunque al decir verdad, no es una crisis en el comportamiento ético de la mayoría.

 En la última página de Invasor del sábado 11  y 18 de febrero,  una mini nota oficial sobre la reciente sustitución del Presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular por ser partícipe de hechos “violatorios graves de los preceptos del Código de Ética, incompatible con el cargo que ocupaba”.  Mientras en la del sábado siguiente se afirmaba la revocación, por igual motivo,   del presidente en el municipio de Ciego de Ávila.

  Para mi basta, acostumbrados como estamos, a ese tipo de información que no satisfacen a la mayoría de la población porque poco o nada dicen de los problemas que llevaron a esa situación y que por lógica propician  la especulación, al  decir más de lo que en realidad sucedió y peor aún , acusar a las autoridades de “arriba”  por no expresar toda la verdad “cuando Raúl ha dicho que hay que matar el secretismo”,  como afirmaba libremente uno de los bodegueros en el mercado donde habitualmente compro lo que me toca.

 Esto ha llevado a que el run, run popular, ansioso de ver una batalla  objetiva, seria, ética, sin ser cacería de brujas, contra la corrupción en directivos y funcionaros del Gobierno y sus instituciones, impliquen en sus comentarios a personas alejadas de esa problemática, pero cuestionadas por  los valores  morales de la mayoría. No es estar diciendo, para satisfacer “curiosidades” si este o aquella están o no implicados en determinados hechos, sino decir en el momento propicio y con los argumentos necesarios lo que sucede y quiénes son sus protagonistas para evitar falsas y lamentables  acusaciones.

Y es ese precisamente el periodismo que nos falta, entre otros, sin llegar a la “crónica roja”.  ¿Y es culpa de los periodistas, de los Jefes de Información o de los directores de medios?, como en ocasiones se piensa o se nos cuestiona.

 No! Existen varios documentos que regulan lo que se puede o no hacer por  los reporteros y sus directivos a partir en primer lugar del  Código de Ética del gremio, para  algunos con artículos ya obsoletos ante los nuevos tiempos donde se exige “una mayor profesionalidad entre los trabajadores de la prensa”, tributando “ información fidedigna y oportuna para, entre todos, con paciencia y unidad de criterio, perfeccionar y elevar continuamente la efectividad de los mensajes y la orientación a los compatriotas”, como bien  expresara el Primer Secretario del Comité Central del Partido , Raúl Castro al  concluir recientemente la Primera Conferencia  Nacional del Partido.

El 18 de diciembre  de 2010 en  la clausura del Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, enfatizó: “Y soy un defensor de la lucha contra el secretismo, porque detrás de esa adornada alfombra es donde se ocultan las fallas que tenemos, y los interesados en que sea así y siga así”.

 Y subrayó: “Es vital explicar, fundamentar y convencer al pueblo de la justeza, necesidad y urgencia de una medida, por dura que parezca”.

(http://www.cubadebate.cu/raul-castro-ruz/2010/12/18/raul-castro-discurso-en-la-asamblea-nacional/) 

Y agrego, a la batalla contra la corrupción (con los proyectiles de la ética y de la mesura), considerada en la coyuntura actual uno de los principales enemigos de la Revolución,  se suman sistemáticamente, y no por campaña,  los periodistas y medios de prensa o la Revolución perece. 

 

Fuentes: 
http://www.cubadebate.cu/opinion/2012/01/29/discurso-de-raul-castro-en-la-primera-conferencia-nacional-del-pcc/

http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/raul26/index.html

http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/04/16/texto-integro-del-informe-central-al-vi-congreso-del-pcc

http://www.cubadebate.cu/raul-castro-ruz/2010/12/18/raul-castro-discurso-en-la-asamblea-nacional/

http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1962/esp/f260762e.html

 http://www.upec.cu/upec/etica1.html

(1)  Este fue el artículo publicado en mi página personal en febrero de 2012 y que Teresa Mora, Jefa del Departamento Ideológico del Comité provincial del Partido en Ciego de Ávila y censora de prensa, me ordenó retirar por ser “ofensivo a los intereses del Partido”, y que provocó, vía telefónica,  que Tubal Páez, Presidente Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC),  me enjuiciara por haber  “violentado la confianza del Partido y en particular del General de Ejército Raúl Castro en los periodistas y la prensa”.  Y yo pensando que estaba ayudando a la credibilidad del discurso oficial, de Raúl Castro en particular y a la UPEC por las declaraciones de sus congresos . En estos momentos el pueblo de Ciego de Avila no conoce por su prensa d e los resultados de este proceso.

            

HISTORIAS DESCONTADAS ( CUARTA PARTE)

HISTORIAS DESCONTADAS ( CUARTA PARTE)

HISTORIAS DESCONTADAS (CUARTA PARTE )

 Sí, salí de Cuba con el cartelito de “no confiable ideológicamente”. Me fue impuesto por Teresa Mora, Jefa del Departamento Ideológico del Comité Provincial del Partido en Ciego de Ávila y aprobado sin discusión alguna por los miembros de mi núcleo del Partido (los corresponsales de los órganos nacionales de prensa con excepción de la AIN), que radica en la Casa de la Prensa. Todos, para no perder la costumbre y una cuultura, sin sentido de la duda,  levantaron la mano en unánime aprobación.

Ya en abril del 2012 era “liberado” como presidente provincial de la Unión de Periodista de Cuba (UPEC) y el seis de septiembre se me separaba  de las filas del Partido. Ahí, en una tarde, desaparecían 42 años de vida política permanente, primero en la Unión de Jóvenes Comunista.

Al salir del cargo en la UPEC busqué trabajo en otros medios y solo las puertas se me abrieron en Radio Surco, lo que agradezco a  su colectivo y en primer lugar a Panchito, su director en ese momento.

Como era de suponer solicito mi traslado para ese núcleo, pero no estoy de acuerdo con la evaluación. Me señalan “problemas en el manejo administrativo de la sede de la organización”, de lo que yo era el máximo responsable. No estoy de acuerdo con ese señalamiento, reclamo y me citan para una reunión.

Ahí me encuentro con la participación de Teresa Mora, Jefa del Departamento Ideológico del Comité Provincial del Partido, con su asistente y ayudante personal Avilio.

Mi descontento se afirmaba en una auditoria del propio Comité Provincial del Partido y del Departamento económico de la dirección nacional de la UPEC al hacer entrega del cargo, donde  no señalaba que tuviera, u hubiera tenido “un deficiente control de los recursos de la Casa de la Prensa.”

La realidad es  que no resultó el tema central mí reclamación. Se mantuvo los cuestionamientos administrativo, pero lo fundamental fue el haber dejado de ser  “confiable ideológicamente” por mis publicaciones en la página personal okcuba.blogia.com como el artículo “los amigos que tengo” y en mi Facebook. ()

Esa categoría en el interior de Cuba y más entre los llamados trabajadores ideológicos del Partido, es como ser terrorista. Ni más, ni menos.

Todos mis artículos se mantienen en mi página, en ninguno cuestioné ni principios ni la obra de la Revolución. Solo uno de ellos: “Lo que Invasor no publicó”,  se retiró de la red por indicación de Teresa Mora. Solo me refería, sin mencionar nombres, a un caso de corrupción a nivel de gobierno provincial e instancias administrativas de ese órgano en febrero del 2012 que el pueblo tenía derecho a conocer, pues los implicados habían sido elegidos por ese pueblo. Hoy todavía ningún medio de prensa ha reseñado qué sucedió con los implicados, una de las causas fundamentales de la carencia de credibilidad.

En verdad me había creído el discurso oficial sobre el papel de la prensa en la lucha contra la corrupción y otros males en nuestra sociedad, me había creído las declaraciones del VI Congreso del Partido sobre ese particular, me había creído las afirmaciones de cada Congreso de los periodistas sobre ese tema.

Hasta el propio Tubal Páez, Presidente nacional de la UPEC en ese momento, excelente persona, me llamó para insultarme, de forma muy descompuesta,  por ese artículo, donde yo ponía,   en juego, según él,  la confianza del Partido y del General Raúl Castro en los periodistas y prensa cubana.¿? Y yo creyendo, convencido de todo lo contrario.

La realidad es que los Comité provinciales del Partido se creen, y trabajan como “feudos” territoriales donde a su Primer Secretario no le conviene que sus problemas internos salgan de su demarcación y menos para el mundo. Se consumen en su propia salsa de logros, metas y proyectos. Tal es   así que a ningún periodista corresponsal de medios nacionales se les permite enviar trabajos críticos si primero no pasan por las manos de Teresa Mora en su condición de Jefa del Departamento Ideológico. Sin embargo, hay excepciones, pues José Luis Martínez Alejo, de Trabadores y Luis Falcón, de Radio Rebelde mantienen su compromiso con el pueblo y se hacen creíbles aunque los llamen a contar (¿Aún se mantendrán así?). Es solo decir la verdad.

También desde ese Departamento se deciden las coberturas, los periodistas que pueden o no asistir, e incluso si se publica o no. Así de simple.

También se pretendió, y se logró afectarme económicamente,  pues después de ser por muchos años el guionista principal y participante del programa en vivo En Cuestión, del Telecentro avileño, el miércoles 18 de julio de 2012, por indicación personal de Jorge Luis Tapia Fonseca, Primer Secretario del Partido en Ciego de Ávila y orientación directa de Tera Mora, Jefa del Departamento Ideológico, la directora de ese medio de prensa, Odalys, me suspendió el contrato. ¿Causa? El deterioro constante de los parques de la ciudad, incluso con actos de vandalismo como robarse, por dos ocasiones,  el machete del Generalísimo Máximo Gómez y  denunciar que esto se debía a la ausencia de la Guardia Cederista (CDR) y muy en particular por sugerir, solo sugerir, que ante esa situación la Policía asumiera la protección de esas instalaciones.

Una secuencia de hechos en mi contra llevó a la separación de las filas del Partido, era lo púnico que faltaba después de mi liberación al frente de la UPEC.

 Mi sanción la reclamé ante la Comisión Municipal de Apelaciones que no se dignó  en hacer la más mínima investigación y en julio del 2013, desde la Comisión Provincial, la compañera Lázara, Subdirectora de la Escuela provincial del Partido Mártires de Bolivia y vice de esa Comisión, me informaba que se me retiraba de la sanción lo referente  a “un deficiente control de los recursos de la Casa de la Prensa”, pero seguía “penado” por los problemas ideológicos.

¿Y qué?  Frase cortante, directa como en su contexto dijo el historiador, filósofo e ideólogo cubano, avileño por demás, Enrique Villuendas. 

¿Acaso se reunieron con todos los periodistas para expresarles que Del Valle no había desviado o había tenido mal manejo de los recursos de la UPEC? No, eso no era importante.

¿Impacto en la familia? Desastroso. El referente en la familia en lo más extenso de ese concepto quedaba a la deriva. En lo particular para mis hijos todo cambio.

Recordaré que antes de esa sanción las puertas que consideraba  abiertas en el Informativo de Radio Surco, las únicas entre los medios en la provincia, se cerraron de un día para otro. El día acordado para comenzar a trabajar, el lunes 18 de junio de 2012,  el director, Panchito, me informa que por decisión de Teresa Mora tenía que ser previamente aprobado por el Comité Municipal del Partido.

No lo podía creer. Después de 18 años al frente del gremio de periodistas, de 30 en el periodismo, y sin dejar de ejercer el oficio en la radio, periódico y televisión,  me veía a punto de quedar sin trabajo. Llamo de inmediato a Mario Rodríguez, el Organizador del Partido a ese nivel y tajante me expresa: “Roberto, desconozco de esa indicación, pues es la primera ocasión que se nos pide algo así. Nunca hemos decidido quien entra o sale de un órgano de Prensa, eso es del Departamento ideológico en la provincia”.

Me pide dos horas y que le vuelva a llamar. Quizás nunca había sido yo tan puntual. Me dice: “No te preocupes, ya hablé con Panchito y puedes comenzar en la Radio.” Le di las gracias y sentí un inmenso alivio.

Voy a ver al director, quien temeroso de la prepotencia y agresiva actitud de Teresa Mora  me informa que el ingreso a la Radio ahora dependía de la  aprobación por separado del núcleo del Partido, Sección sindical y delegación de base de la UPEC. Gracias a Dios todos estuvieron de acuerdo y agradezco a ese colectivo todo el apoyo que me dieron.

Yo no me arrepiento de mis años de vida política activa, de haber nacido y participado de la obra de la Revolución, de sus sueños, errores (demasiados) y realidades.

Solo pido que en una  próxima edición también me incluyan en el texto Historia de la Estupidez Humana, del húngaro  István Ráth-Végh (1870-1959). Solo ahí quiero compartir, aunque  desde una óptica diferente,  un espacio con Teresa Mora, la Jefa del Departamento Ideológico del Comité Provincial del Partido en Ciego de Ávila.

 

¿Por quién votarían los cubanos de “a pie”?

¿Por quién votarían los cubanos de “a pie”?

http://yucatan.com.mx/editoriales/opinion/por-quien-votarian-los-cubanos-de-a-pie

Autor: Roberto del Valle Menéndez (*)

Recientemente, en este propio periódico, Jorge Castañeda, ex canciller mexicano, publicaba su comentario “Cuba bajos los presidentes Putin y Obama”, donde concluía preguntando: “Qué elegirían los cubanos de a pie si se les permitiera votar”.

Primero se refiere a la visita de Vladimir Putin por naciones de América Latina y, en especial, lo que ello significa para una Cuba desgastada económicamente y para la interpretación de Washington de este acontecimiento.

El ex canciller es claro. La Habana necesita contar “de nuevo con el oso ruso como aliado”, como bien afirma, por las señales desestabilizadoras de una Venezuela sin Hugo Chávez. Y Rusia, recuperar su influencia en un área sensible bajo la atenta mirada del gobierno estadounidense que observa con preocupación cómo Moscú logró frenar sus pretensiones intervencionistas en Siria, se apoderó de Crimea y ahora apoya a los prorrusos en Ucrania, sin atender las críticas de la comunidad internacional.

Rusia da muestras de sus poderosas garras con un poderío económico y militar ascendente, para tenerse en cuenta en la arena internacional, sin el manto de la extinta URSS.

El líder cubano Fidel Castro acaba de asegurar que el bien de la humanidad sólo lo podían decidir Rusia y China.

Detrás de esa afirmación, de ese elogio, se esconde la necesidad de seguir contando con dos de sus más firmes aliados para la supervivencia de la Revolución, aunque no sea en las condiciones idóneas de los años 60 a finales de los 80.

Pero, ¿qué decir de la interrogante con la que Jorge Castañeda concluyó su comentario “Cuba bajo los presidentes Putin y Obama”?

Otra realidad, alejada de las interpretaciones de analistas, cubanólogos y la actuación delgobierno cubano, ruso, norteamericano, chino y hasta venezolano es el que se da en la cotidianidad de los identificados como “los cubanos de a pie” que desde la caída de la URSS y del campo socialista viven en una profunda crisis económica bautizada como “periodo especial”.

El tema es para escribir más de una cuartilla. Digamos que se sitúan tres urnas. En una votarían los que vivieron y nacieron con la efervescencia de la revolución, de los barbudos de la Sierra Maestra con sus medidas populares, revolucionarias y antimperialistas.

La mayoría de ellos estaría a favor, aunque ya con un ojo crítico por un desgaste económico y social que se hace sentir todos los días con mucha fuerza en la mayoría de la población. Son los comprometidos con una obra incuestionable de servicios de salud, educacionales, deportivos, culturales y de bienestar de las que se sienten protagonistas en su realización.

Los de los años 80 con abastecimientos y precios de productos alcanzables para todos, viajes a buenos hoteles y balnearios con el valor real de su salario, era la llegada del prometido “socialismo real”. Éstos también votarían con la esperanza de ese retorno, aunque también ya cuestionan la tardanza.

A los que les tocó el total rompimiento con ese ideal de socialismo, con el simbolismo de la Caída del Muro de Berlín, que nacieron y crecieron con los apagones de más de 24 horas y las carencias más elementales de artículos y productos de primera necesidad, la pérdida de valores desde el propio seno de la familia, con una corrupción extendida no sólo a los sectores de poder económico y político, sino a los principios sagrados en educación, salud, deporte y cultura y que han desarrollado un pensamiento crítico y rebelde propio con la oportunidad, aunque limitada del acceso al internet con otro enfoque del mundo exterior y de valoraciones externas sobre la propia revolución y su contexto, la votación rompería con la tradicional cultura de la unanimidad.

Éste es un esquema especulativo donde se mezclan todos los criterios generacionales, donde a mi considerar en lo básico a los cubanos no les interesa si se perpetúa un partido, si son tres o diez, si existen tres periódicos nacionales oficialistas o cuatrocientos de diversas tendencias, sino que éste les ofrezca sin limitaciones, sin trabas, los derechos reconocidos internacionalmente y la posibilidad de vivir dignamente, lo que por ahora no se logra para esa mayoría de los de “a pie” que no siente en la mesa y en su realidad circundante el crecimiento económico.

La Revolución, su entorno, se cuestiona a nivel popular, incluso sin temores. Sin embargo, la mayoría opta por su permanencia, aunque el “ya no aguantó más”, “esto es insoportable”, “hasta dónde nos piensan llevar”… forme parte del diálogo diario y no pocos ilusamente “voten” por una práctica de tintes capitalistas pero que mantenga educación, salud, deportes y cultura con las virtudes, errores y gratuidades del socialismo cubano.

Hay que esperar por esa opción del derecho a votar por otro partido, por otra opción, por otro programa, por otros sueños. La dirección histórica de la Revolución ha afirmado que esto sólo será posible cuando el gobierno de los Estados Unidos deje a un lado sus sutiles o abiertas intervenciones contra Cuba, cuando existan relaciones normales sin condiciones. Y esto ya no será con Barak Obama, ni quizás con los Castros.- Mérida, Yucatán.

delvalle_roberto@yahoo.es

http://okcuba.blogia.com

—–

*) Periodista cubano radicado en Yucatán

HISTORIAS DESCONTADAS (TERCERA PARTE)

HISTORIAS DESCONTADAS (TERCERA PARTE)

Mi rutina en “la batalla de ideas”, a la que convocó el Comandante en Jefe Fidel Castro en el VII Congreso de los Periodistas (UPEC), se traducía en tiempo robado a la familia, a mi trabajo, a la recreación, al descanso…

De 80 horas de acceso a internet  al mes pasé a 24 horas plenas, fui el primer periodista en Ciego de Ávila con ese privilegio y de los pocos en el país. Fue una decisión directa del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, un estímulo a mi esfuerzo, resultados y a ser el de más “amigos” y “amigas” en la red, para lo que no se contó ni con la dirección nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), ni  con el Departamento Ideológico de la provincia. Esa disposición me subió el ego ideológico. ¡Come Candela!

Tal era el reconocimiento que uno de mis artículos  publicado en  la página personal htpp//: okcuba.blogia.com, se ponía de ejemplo en una reunión  de Esteban Lazo, miembro del Buró Político, con sus homólogos de provincia. Me sentía en la cumbre  del  reconocimiento ideológico.

Había tomado muy en serio, extremadamente en serio, el ser un combatiente de primera fila con “los enemigos” de la Revolución.

Después de mi jornada laboral, esencialmente en las noches, consumía hasta 10 horas frente a la computadora. Era tanta la obsesión  que estaba a la caza de las Reflexiones del Comandante  en Jefe Fidel Castro para ser de los primeros en su publicación después de www.cubadebate.cu. Las intervenciones de Fidel, después las de Raúl y hasta las de Chávez las seguía en vivo y las resumía para mi página personal.

Era todo un combatiente ideológico.

Pero creyendo en el juego de la batalla de ideas asumía a verdaderos enemigos de la Revolución en mi página en Facebook. Estaba tan abstraído en esa concepción que esa batalla no podía ser de mentiritas. Líderes de la oposición interna como el difunto Paya, “la Loba Feroz”  y hasta  los hermanos Díaz Balart estaban en mi nómina de “amigos”  y “amigas”, por cierto que nunca se dignaron en escribirme una línea ni para bien ni para mal.

Entre los “enemigos” más fervientes sí estaba Hubert Matos (hijo) con su promoción de Cuba  Independiente y Democrática Mario Jaca, Justo Paz,Félix Sanchez...

Algunos colegas se “preocupaban”  por todo lo que aparecía en mi muro de Facebook, pero lo más llamativo era que los más críticos  de ese panorama nunca daban juicios, argumentos para rebatir, se mantenían al margen y solo me cuestionaban por detrás. Tal es así que nunca, lo que se dice nunca, en los años de mi página personal se me llamó la atención por las publicaciones. La excepción fue Lo que Invasor no publicó.

Estaba convencido de que las beligerancias se hacen y se ganan con enemigos reales. Me lo creí, me enorgullecía estar en esa primera línea y a la vez observaba que eran muy pocos los colegas de la provincia que me seguían, Magaly Zamora, Lubia Ulloa, Esther Rodríguez Carral, Juan Pedro Melo y Mario Martin. Los de Radio Morón tenían un frente bien definido. En la mayoría de los medios de prensa se  desarrollaban crónicas sociales o reflejaban los logros del territorio, no pasaban, ni pasan de ahí. Y hacen muy bien.

Debo reconocer que en no pocas ocasiones carecía de argumentos para enfrentar afirmaciones de los “amigos enemigos”, pues es muy difícil tener acceso a la verdad por el total aislamiento informativo entre las provincias e incluso dentro de un propio territorio. Te  decían: en tal lugar está sucediendo tal cosa, y  uno solo atinaba a atrincherarse en los principios y obra de la Revolución, como verdad absoluta.

Solo tuve como principio el respeto al diálogo, al criterio ajeno, a la opinión diferente y en primer lugar rechazar, eliminar, a los que imploraban para su Patria una “primavera árabe”.  Quizás, lo más seguro, es que acostumbrados a la imposición de la idea única, llamó la atención ese “libertinaje” de Roberto del Valle Menéndez.

Así se fue construyendo, entre los propios periodistas “fieles”, pero incapaces del debate ideológico, de un Del Valle “no confiable ideológicamente”, estocada mortal que te marca para toda la vida y más dentro del radio de acción del Departamento Ideológico, en primer lugar en los medios de prensa.

Lo más llamativo en esta historia es que los cuestionadores de mi gestión en la “batalla de ideas” no tienen en sus páginas personales y mucho menos en sus  Facebook, ni un “amigo” o “amiga” cuestionadores de la Revolución, por muy nobles que sean en sus criterios. Para ellos todo es Paz, armonía, felicidad y logros. Así se traduce su “batalla de ideas”, sin buscarse problemas, ni ofensas, ni llamadas amenazadoras, sin tensión, ni horas de sueño, ni tiempo, perdidos.

 Ahora comprendo que fueron,  y son, los más inteligentes. A ellos, y ellas, les felicito, tienen los pies sobre la tierra, no se desgastan, no descuidan a la familia y juegan a la fidelidad partidista. Ah!, y están convencidos de que esta batalla, por lo menos para ellos, y parece ser la mayoría,  es entre los de pensamiento común. Ni un disparo al “enemigo” real, es decir, al que piensa diferente.

 

¿Por qué?

 

HISTORIAS DESCONTADAS (SEGUNDA PARTE)

HISTORIAS DESCONTADAS (SEGUNDA PARTE)

Por qué  escribir de esto ahora? Qué sentido tiene?

Pudiera ser la interrogante de no pocos y pocas.

En abril de 2012  ”democráticamente”, al estilo cubano, al estilo impuesto por la dirección del Partido me “liberan”   como Presidente provincial de  la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), después de muchos años, quizás de demasiados años al frente de la organización. Fue en el teatro del Motel  del Comité Provincial del Partido, en la central provincia de Ciego de Ávila.

Aunque hubo quiénes me recomendaron no ir, nada temía ni nada ocultaba y al final me sentí emocionado. Recuerdo que en el proceso previo a esa asamblea se hicieron reuniones a nivel de cada delegación de base de la UPEC, como es lógico, para escoger a los próximos dirigentes en el gremio,  incluso me volvieron a proponer, pero no acepté, no era lógico cuando la dirección del Partido en el territorio no estaba de acuerdo y se habían reunido con  ”los factores” en cada medio de prensa, para evitar proposiciones de ese tipo.

Cuando tocó en la Televisión, en presencia de Aixa Hevia, hoy vice presidenta nacional y de Aralis Espinosa, funcionaria del Departamento Ideológico del Partido en la provincia, afirmé categóricamente que en la asamblea provincial, donde dejaba de cumplir mis funciones, no se les ocurriera ningún diploma, ningún tipo de reconocimiento por parte del Partido ni de la UPEC. Hubiera sido un gran acto de burla y de doble moral.

Sin embargo, como una gran “conspiración”, todos de pie, aplaudiendo, mis colegas, mis compañeros, me entregaron un sendo diploma con una genial ilustración del diseñador y caricaturista  Osval, por haber estado 18 años al frente de  la organización. Para mí fue lo máximo y siempre les estaré agradecidos.

A qué viene todo esto, qué tiene que ver con el relato del 13 de agosto de 2011, de lo sucedido a mi hijo de 15 años en una playa de Cayo Coco, en el Polo Turístico Jardines del Rey?

Pues increíblemente ya se tejía, y desde antes, una maniobra partidista de descredito hacia mi persona y  trabajo. Es así desde el 15 de marzo de 2010, en plena Jornada de la prensa cubana.

Se realiza el acto provincial de homenaje a los trabajadores de la prensa en el TeleCentro avileño. Ese domingo 14, fundación de Patria por José Martí en 1892, el periodista José Aurelio Paz, con todo su derecho, cuestiona algunas de las actividades que se habían realizado. El periodista invitado Luis Sexto, Premio Nacional José Martí, ofrece su opinión nada coincidente con Paz.

Al día siguiente por indicación y participación directa de Teresa Mora, sin conocer yo de esto, se realizan despachos independientes en los que participan los directores de medios de prensa y presidentes de base de la UPEC. Una única interrogante: ¿Debe seguir Del Valle al frente de la organización?

Recuerdo que esa noche una amiga me llama, tenía yo una de mis  extremidades enyesadas, y me dice: “Parece que te quieren serruchar el otro pie”. Y me explica todo el proceder carente de ética, de honestidad, consideración. Pido una explicación y una única respuesta por la propia Teresa Mora en reunión extraordinaria de mi núcleo del Partido: “Por orientación del Departamento ideológico del Comité Central se está haciendo así con todos los presidentes de la UPEC en el país”. En conversación con mis similares compruebo que solo yo había sido el elegido. La indicación era falsa, solo una decisión del Primer secretario del Partido en el territorio.

En igual ocasión, del año siguiente, en la tradicional actividad que organiza la más alta oficialidad del Ministerio del Interior (MININT), a un grupo de periodistas,  ahí estaba compartiendo con los presentes Jorge Luis Tapia Fonseca, Primer Secretario del Partido en la provincia en ese momento.

Mientras consume algunos de los deliciosos comestibles y disfruta del buen ron, no le agrada la cerveza, con  mirada y gestos socarrones se dirige a mi persona,  y me dice: “Hasta cuando piensas estar de presidente de la UPEC”. Me sorprende. No le llego a responder, el periodista  René Rivero, muy tajante y directo, le manifiesta: “Eso solo lo deciden sus compañeros.” Siguió tomando de la mesa lo de su gusto y caminó hasta donde estaban periodistas y oficiales conversando, como si nada hubiera sucedido.

Esta era una buena señal de que algo  se seguía  “cocinando”, como se dice en buen cubano.  Algo,  que se hubieran evitado, y yo no estuviera escribiendo sobre el tema, con solo decirme: “Roberto, te hemos convocado aquí al Departamento Ideológico del Partido para decirte que llevas demasiados años al frente de la organización, que necesitamos  jóvenes, más dinámicos, que le den más vida a esta  gestión”.

Así de simple, sin complicación y hubiera aceptado, pues aunque fui electo por mayoría o casi mayoría en más de una ocasión, siempre estuve consciente de que es el Partido y en particular su Departamento Ideológico, quién decide a los presidentes y ejecutivos de las llamadas organizaciones no gubernamentales. Años atrás se vivió una situación similar con el periodista José Aurelio Paz, que desde la sede del Partido  decidieron que no fuera reelecto presidente del gremio, aun cuando tuviera  excelentes resultados y era querido por sus colegas.

Resulta que entre octubre-diciembre de 2012 en una reunión de la Presidencia Provincial de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), en su sede en Ciego de Avila,  el periodista de  Radio Surco, Jorge Luis Delgado Felipe, en ese momento vicepresidente provincial, hoy su presidente, informaba al Ejecutivo que Roberto Enerio del Valle Menéndez tenía abierto un expediente por contrarrevolucionario. Este  recurso estaba en manos de Teresa Mora, Jefa del Departamento Ideológico del Comité provincial del Partido.

No lo creí, no había justificación para ello. Además, no podía creer que los Órganos de  la  Seguridad   del Estado en el territorio estuvieran tan relajados como tener abierta esa “información”. La Mora en su adicción por “jugar” a agente se  dedicaba ahora a esos quehaceres, fuera de su función.

Me fui de Cuba sin creerlo, aunque salía con el cartelito partidista de “no confiable”. Mi labor en la UPEC no tuvo contratiempos “ideológicos”, creía yo, dos de mis hijos se habían radicado en México y nunca hicieron declaraciones en contra de la Revolución, estaban  por mejoras económicas, así que no tenía sentido alguno.

Pues sí, ese expediente existió. Artículos  publicados en mi blog personal (ok.cuba.blogia.com), donde en ningún momento cuestioné principios ni la obra de la Revolución, ni un ejemplo se puede citar, pero les molestaba cualquier cosa que pusiera en peligro el “prestigio”  de las realizaciones en la provincia y de su “combate” contra la corrupción y otros males, incluía, además,  fotos de mis hijos en su visita a Cuba y estancia en México.

Recuerdo que entre julio-agosto de ese año la propia Teresa Mora, en compañía de un especialista de la Empresa de Telecomunicaciones (ETECSA),  fue hasta mi casa con el insólito pretexto de revisar desde ahí mi página personal en Internet (ok.cuba.blogia.com), cuando esto lo hace desde su propia oficina  con una conexión ADSL monitoreando cómo se manifiesta la presencia de cada periodista en la red de redes. Como no tenía nada que ocultar lo permití, pero era más que eso. El especialista le instaló a mi ordenador una “perra” memoria externa y tomó toda la información archivada. Doña Teresa, aquí se dice así, estaba en sus funciones detectivescas. Y resulta que…

Un amigo, de los de verdad, me hizo referencia a esos contenidos en mi expediente y lo peor de todo es que entre ellos, entre esas pruebas de mi actividad contrarrevolucionaria estaba la grabación de lo  sucedido a mi hijo en el Hotel Blau Cayo Coco el 13 de agosto de 2011. Estaba editado y solo recogía el momento en que el chico se agacha, para en justa defensa propia, agarrar de la orilla una botella contra ese animal de custodio que le humilló y golpeo. Una grabación que le fue escondida a la defensa en el juicio  realizado en la ciudad de Morón y posteriormente a una comisión del propio Ministro del Turismo.  La grabación estaba en un sobre donde se leía: “observen la actitud agresiva, revoltosa, del hijo de Roberto del Valle”.

…Y resulta que otra de las “pruebas” era una foto a color de mi hijo Yasser de paso por Cancún con su esposa  que posaban desde un hermoso yate, en muelle,  y  me decía: “Papi, con este yate los vamos a ir a buscar”.  Jodedor el muchacho.

Qué bajeza humana y política de Teresa Mora, Jefa del Departamento Ideológico del Comité Provincial del Partido en Ciego de Ávila.  Cómo es posible que ese joven custodio, Yuliesky, en ese momento con su niño de días, hijo de una querida maestra en el poblado de Ranchuelos y Teresa, madre también, profesora de oficio,  ambos nacidos con la Revolución y cultivados en el ideal del hombre nuevo, se prestaran para tamaña deshonestidad  mostrando ella, en primer lugar, un fanatismo político e ideológico propio para incluir en el magnífico texto  Historia de la Estupidez Humana, del húngaro  István Ráth-Végh (1870-1959).

¿Es ella, o un proceder político?

Les cuento más. 

Rutap


Insertar una imagen (jpg/gif/png)    Alineada En el centro A la izquierda A la derecha En el centro con marco A la izquierda con marco A la derecha con marco 

HISTORIAS DESCONTADAS (PRIMERA PARTE)

HISTORIAS DESCONTADAS (PRIMERA PARTE)

Cada 13  de agosto se ha convertido   en fiesta nacional, se celebra el cumpleaños del Comandante en Jefe Fidel Castro. Gran parte de sus ideas y obra han sido en  beneficio de los pequeños, una realidad incuestionable.

Pero el contexto cubano ha dado tantos cambios, se han perdido  tantos valores que un simple hecho puede transformar esa concepción como si nada hubiera sucedido.  Ese día mi hijo más pequeño, con sus 15 años, fue con familiares del barrio a disfrutar  de una de las playas de Cayo Coco, en el centro de Cuba, en la conocida por la de la Academia, muy cerca de excelentes hoteles.

Es verdad que la tentación es muy poderosa, no solo para las niñas y niños, sino también para mayores, que caminan  buscando esas instalaciones hasta que se encuentran con un custodio que se lo impide. “Por favor, esta área es solo para turistas”. Así de simple.

Pero ese día, 13 de agosto de 2011, mi hijo y varios de sus amigos de igual edad llegan hasta el Blau Colonial. Hacen por entrar a la piscina, un custodio les llama la atención, regresan y se introducen en la playa.

Ya disfrutando del mar otro vigilante, corpulento de casi dos metros de altura, rubio, tipo alemán, de  ojos claros, de nombre Yuliesky, les hace señas de que deben salir. No se creen aludidos, se sienten con todo su derecho. Es un turista argentino, cercano a ellos, quien les advierte del constante reclamo.

Caminan hacia la orilla. Mi hijo le pregunta qué pasa. El vigilante con toda su autoridad les dice que deben salir, que ahí no pueden bañarse.  El adolescente le puntualiza que ellos no podrán entrar a la instalación, pero que tienen derecho a disfrutar de la playa.

El estricto funcionario, se molesta, no acepta el argumento, no cabe en su cabeza un cuestionamiento a su indicación y menos por un menor, que no es extranjero,  ni le dejará propina, ni un regalo. Alberto, el turista argentino se inquieta, no comprende qué sucede con aquellos niños, el rostro del vigilante es agresivo. Pregunta qué sucede y uno de los chicos le dice que no les permiten bañase ahí. Solo atina a decir: “ No lo creo, esto no es lo que se dice de Cuba, imposible que los traten así”.

El ambiente se calienta más cuando mi hijo le recuerda que la Constitución lo ampara, que si puede bañarse en sus playas. Con toda su vestimenta penetra en el mar, “o sales o te doy un bofetón”. No hubo tiempo a respuesta, le perfora el tímpano derecho, lo que posteriormente es certificado por un especialista en el hospital Antonio Luaces Iraola en la Ciudad de Ciego de Avila.. Ya en la orilla, mi hijo hace por tomar una botella, pero uno de sus compañeritos se lo impide. Una de las madres corre hasta el lugar y rivaliza con el custodio.

Al regresar a casa, la madre protagonista de lo sucedido cuenta lo ocurrido. Llamo a la dirección del hotel Trip Club Cayo Coco, pues se afirma que todo había acaecido ahí. El jefe de los custodios me dice que no, que fue en los límites con el Blau, que por las cámaras lo observaron todo e incluso enviaron a otros vigilantes al lugar.

Me comunico con el jefe de los custodios del Blau, me asegura que conoce de los hechos, que se analizará lo ocurrido y me daría respuesta. Pasan los días y nada. En más de una ocasión trato telefónicamente de comunicarme con él, con el secretario del Partido y con María Victoria, la gerente del hotel y nada. En dos momentos voy al hotel y no me pueden recibir, es decir, se convirtieron en cómplices de un acto vandálico e inhumano contra un menor, violando todos sus derechos. Ni el delegado del Turismo en la provincia en ese momento, con quien conversé personalmente, inició investigación alguna.

Formulo una acusación ante la Policía, se inicia un proceso judicial. Mi único testigo, la madre de unos de los compañeros de mi hijo no asiste por “enfermedad” y el custodio sale solo un con una multa de 200 pesos cubanos. Me quejo ante el Ministro de Turismo. Envía una comisión a investigar y no encuentran nada anormal, ni la grabación realizada desde las cámaras del hotal Trip Club Cayo Coco. Nunca apareció, ni para el juicio. La afirmación de las autoridades implicadas es que esa grabación nunca existió.¿ ?

Pero lo peor no fue eso.

 

 

 

La satisfacción de la verdad

La satisfacción de la verdad

 La Jornada de  homenaje a los trabajadores de la prensa me cogió sin lana, bueno desde que estoy aquí en este México lindo y querido no la tengo y  por ello no pude opinar ante este criterio  de Osval. Pues en casa no tengo ordenador y el Ciber no es gratis, bueno aquí nada es gratis, aunque sí muy barato para el que tiene chamba, es decir, trabajo.

Los tiempos cambian y estoy seguro que muchos recordarán  los grandes reconocimientos, comelatas, a los periodistas con motivo del Día Internacional del Periodista, cada 8 de septiembre, en homenaje al comunista checo Julius Fucik, celebración que desapareció increíblemente junto con la Caída del Muro de Berlín. Después en los ´90 nació la idea de recordar a los periodistas y demás trabajadores de la prensa cada 14 de marzo, por la fundación del semanario Patria, en 1892, por nuestro José Martí , justo y oportuno pero  nunca se debió pasar por alto la tradicional evocación del autor de Al  Pie de la horca, asesinado por  los nazis.

Todavía en los  primeros años d e los ´90 se comprometía a los directivos de empresas y organismos a festejar a los periodistas, pero la propia crisis económica, vestida de periodo especial, fue llevando a que fueran más humillantes y con un matiz de total mezquindad. ¿Por qué ese homenaje si simplemente están cumpliendo con su deber? Es la realidad. ¿Con el reordenamiento de la economía cubana tienen en su presupuesto un acápite de celebración a periodistas y demás trabajadores de la prensa?.

Ni pensarlo.

Los que aún lo hacen, los mínimos, tienen la buena voluntad, pero no se sienten motivados  y no quieren desviar sus recursos que pueden, y debieran destinar a sus propios colectivos. Y ahí entra la improvisación y con ella la tacañería.

Recuerdo que desde el propio Buró provincial del Partido se organizaba un encuentro-cena con un numeroso grupo de periodistas para reconocer su labor en la jornada de la prensa e igual tarea se asumía desde el Consejo de la Administración en el gobierno provincial, lo que permitió que no pocos se sintieran  en un ambiente festivo y de estimulo. Fue desde la propia dirección del Partido donde surgió la idea de unificar ambos poderes, para ahorrar recursos, los que desde ese momento asumió el Gobierno y así fueron menos los periodistas en participar de estas deferencias. Es decir, desde la propia dirección del Partido comenzó la política de racionalizar el homenaje.

La solución para un buen cumplido, el cotidiano, el más efectivo, es reconocer la labor de quienes asumen la misión de proteger a la Revolución, no con medias verdades o silencio total, sino haciéndose creíbles como reporteros y órganos  de prensa, para impedir que su público busque información en otras alternativas y medios. Hace  unos días la corresponsal  de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), en Ciego de Avila, Idania Pupo, reseñaba una visita de las principales autoridades políticas y de gobierno a la Casa de la Prensa para cambiar su imagen  y darle vida como institución profesional y social.

Ya era hora después de varias visitas con ese objetivo. No es posible que por indicación del Partido, no como un favor cada mes o cada dos meses,  sino como un programa bien concebido no se le asigne a esta institución de superación y recreación recursos materiales, comestibles y de bebidas que le permitan  organizar y desarrollar  las más diversas actividades con sus afiliados. Libres de toda ridiculez. Así debiera ser cuando el propio Comandante en  en Jefe Fidel Castro  afirmó categóricamente en el VI Congreso de la Unión de periodistas de Cuba (UPEC),que gracias a la labor de los periodistas no resultó traumático para el pueblo  los días, meses y años más difíciles del periodo especial.

Igual pasa con la Jornada de la prensa cada marzo. Que durante una semana el Gobierno dé recursos para que junto a las acciones de intercambio profesional, encuentros con receptores d e la información, talleres, etc, se les ofrezcan alimentos, refrigerios y una buena cantidad de cervezas para que nadie esté pensando en el homenaje “externo” de empresas y organismos marcados por la improvisación y la ridiculez.

Y si en verdad se quiere dignificar  la abnegada labor de  los profesionales de la prensa basta con  mejorar sus condiciones de trabajo, abrir el acceso al internet para todos desde sus hogares, elevar su salario, muy deprimido, garantizar una jubilación justa y pagarles antigüedad.  NO  es razonable que colegas dejen de pensionarse esperando por esas oportunidades.

 Y les dejo con este criterio expresado por Esther Rodriguez Carral El mejor homenaje a nuestro sector está en la aceptación que pueden tener nuestros trabajos en el pueblo..

De acuerdo., PERO NADA MAL  SI SE LE ACOMPAÑA CON  OTRAS ACCIONES QUE  ELEVEN SU BIENESTAR PROFESIONAL, PERSONAL y familiar.

100 puntos para  Osval como bien  respaldo el colega Jose aurelio paz, por cierto, paz con nadie.

coletilla: FELICITACIONES para  roberto carlos delgado…el nuevo director de invasor. tiene todas las condiciones para mantener y superar el legado de migdalia. y para jorge luis delegado felipe, elegido  presidente de la upec en ciego de avila, ejemplo de trabajador, ejercicio critico del periodismo y ejemplar sentido de la ética.

 

Dos sobre José Martí en la Jornada Cubana de la prensa

Dos sobre José Martí en la Jornada Cubana de la prensa

Cuando se decide en un día como hoy pero de 1892 a fundar el semanario Patria, Martí sabe que resulta imprescindible tener un órgano de prensa con un criterio único de ideas para asegurar tres propósitos: la unidad entre los cubanos para  organizar y llevar adelante  “la guerra necesaria” que condujera a una república con todos y para el bien de todos.

Este día es buen motivo para festejar en toda Cuba la Jornada de la Prensa y en esta celebración, sin pretensión alguna, me viene a la mente Migdalia Utrera Peña, recientemente fallecida y que bien merece un espacio en este recordatorio. Solo tres razones: por humana, buen ejercicio del periodismo y directora por 20 años del periódico Invasor, órgano oficial del Comité provincial del Partido en Ciego de Avila. No fue perfecta por  el simple hecho de ser humana.

Siempre conté con su resguardo profesional y humano, se mandaba tremendo genio, pero escuchaba, reflexionaba, halaba las orejas, aconsejaba y asumía con toda valentía la responsabilidad por  lo que se publicaba.

Recuerdo, al principio de los 90 que participaba en una reunión de Gobierno donde se decidía qué director de empresa debía seguir  o no en su responsabilidad y yo tomaba nota.  La información estaba pendiente, como se ha perdido ese concepto y al día siguiente se enteraban  que ya no estaban más en sus funciones. Ante el reclamo de la dirección de Partido y Gobierno por esa publicación, Migdalia fue tajante: El estaba ahí como periodista, cumplía con el deber de informar y ustedes no le alertaron.

 No mencionaré nombres, pero cuántos colegas de Invasor por serios problemas de salud y personales no pudieron ir más a la redacción y trabajaban a media máquina desde sus casas y siempre recibieron sus salarios. Era su autoridad, su prestigio quien le daba esa posibilidad aun con detractores. Era su forma de reconocer a quienes lo daban todo y en determinado momento no podía dar más.

Cuántos periodistas ante la presión de directivos de empresas  y de organismos con el apoyo incluso del Departamento Ideológico del Comité Provincial del Partido no fueron duramente cuestionados y siempre recibieron el apoyo, la defensa de Migdalia aunque después les criticara por no haber sido más profundos en su labor o no haber consultado todas las fuentes.

Recuerdo que en las tradicionales reuniones de cada lunes para analizar lo publicado y proyectar el trabajo de la semana nos exigía siempre tener más elementos, más argumentos de lo que se editaba para poder enfrentar a los cuestionadores de todo tipo.

De no tener  Invasor (www.invasor.cu),   una directora como Migdalia de seguro el más laureado periodista avileño, José Aurelio Paz Jiménez, con un periodismo de” paz con nadie” sería hoy un simple cuentapropista cantando canciones infantiles en cumpleaños u organizando talleres literarios. Una sencilla razón, siempre tuvo los pantalones bien puestos para decidir  ella lo que se publicaba o no y defender con principios éticos el ejercicio de su dirección.

Cuando a la provincia llegó Jorge Luis Tapia Fonseca, cienfueguero de origen, como primer secretario del Partido, para darle vida a los avileños y demostrar todo lo que se podía hacer con la participación de todos,  aunque prácticamente se vio solo en sus exigencias, cometió el error de querer desde su despacho   orientar y exigir  trabajos periodísticos en el Invasor sin la autorización de la tunera-avileña y como decimos en buen cubano, pecó. Se fue a su oficina a definir funciones y responsabilidades. Esa era Migdalia y mucho más.

Tuvo entre sus prioridades la superaciòn de su colectivo, la activa particcipaciòn en las activiades que convocaba el gremio de periodistas (UPEC), la atenciòn a los futuros periodistas, incluso los preseleccionaba para que formaran parte de su colectivo una vez graduados y que se tuviera siempre la primicia, lo que  no siempre pudo alcanzar.

Logró darle unidad al colectivo, sentido de pertenencia, cosechando logros  en concursos y festivales de la prensa y con muchas limitaciones hizo creíble a su periódico. Antes de ser Cuadro, se imponía su sensibilidad humana y ejercicio del periodismo, y ahí estuvo la clave de su éxito.

Justo reconocimiento a Migdalia en esta jornada martiana de la prensa.

Ahora voy a especular.

¿  A estas alturas cómo evaluaría José Martí sus principios éticos y profesionales del periodismo? ¿Se aplican, no se aplican, en parte, todos?. ¿Solo los concibió para su momento histórico, para no trascender? ¿Quería él que fuera así?

¿Tendría trabajo Martí en una redacción hoy si deseara aplicar sus concepciones sobre el periodismo revolucionario? ¿Cuál sería su evaluación profesional? ¿Trabajaría esperando por un salario digno y una jubilación justa, incluso reclamando por el pago de antigüedad? ¿Se le permitiría asistir a todas las coberturas, hasta las de primer nivel? ¿Tendría el sello de confiable que solo otorga el Departamento Ideológico del Partido en cada provincia?

¿Estaría José Martí en la  plantilla del  Invasor?.