Cuba: Un VI Congreso del Partido por la unidad
Hay una frase de José Martì, Héroe Nacional, extraída del artículo El Partido Revolucionario Cubano, del 3 de abril de 1892, que dice: “Perdura lo que un pueblo quiere”.
Y la historia de Cuba esta marcada por ese principio que simboliza identidad, firmeza, entrega, consagración, lucha y objetivos bien definidos. La guerra por la independencia, una sola, la nacida con Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868 que unió a los cubanos en el propòsito de alcanzar la total independencia de España y en su consolidación política e ideológica llegar a impedir caer en manos del apetitoso gobierno de los Estados Unidos simbolizado en ese “yanqui autoritario, codicioso y agresivo”, como lo pintara en su momento José Marti.
(Obras Completas. Tomo 2. Página 76. Edi. Ciencias Sociales. 1975)
Es verdad que en ese camino de batallas contra el ejército español, muy poderoso para su momento, hubo actos de desunión entre las fuerzas revolucionarias lo que no dejó de estar presente en la república traducida a neocolonia con la intervención militar y diplomática de los Estados Unidos y posteriormente con el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959 con manifestaciones de sectarismo entre representantes de los movimientos que participaron en esta etapa final de lucha, pero también supieron salir adelante ante el proyecto común de una Cuba soberana, independiente, libre, solidaria, humanista, republicana con “todos y para el bien de todos” y socialista .
(http://www.cubadebate.cu/cuba/partido-comunista-cuba/)
Esta Revolución solitaria en el hemisferio occidental era un verdadero reto para las fuerzas más reaccionarias del momento. El Gobierno de los Estados Unidos y con los serviles gobiernos del continente agrupados en la OEA, no podían permitir el más mínimo desvió en sus planes hegemónicos.
En febrero de 1959 el Comandante en Jefe Fidel Castro expresó: “Hemos dicho que esta Revolución se diferencia de todas las revoluciones del mundo, entre otras cosas, porque es la primera revolución, en el sentido cabal de la palabra, como transformación profunda de los sistemas en que hemos vivido; es la única revolución en el mundo que se está haciendo con un respaldo del 95% del pueblo.” (http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1959/esp/f060259e.html)
La Revolución tiene una obra de más de 50 años pese a agresiones militares como la de Girón, a punto de cumplirse los 50 años de esta victoria decisiva, pese a un criminal bloqueo que desde que nació tenía como maquinación “provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno.”
(http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2011/04/15/la-batalla-de-giron-primera-parte/)
Hoy a ese criminal bloqueo económico, financiero y comercial implantado desde la nación más poderosa del universo, que se vende como paradigma d e la democracia, el humanismo y del respeto a los derechos humanos, significa pérdidas por más 751 mil millones de dólares, en el valor actual de esa moneda como bien expresara Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba en la sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el tema "Necesidad de poner fin al Bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba". Nueva York, 26 de octubre del 2010. (http://www.cubavsbloqueo.cu/Default.aspx?tabid=3737)
No obviemos que aunque Luís Posada Carriles, amigo de los extremistas del Tea Party y de la CIA, recién liberado de culpas por mentiroso, no por terrorista, es el insignia de la subversión criminal contra Cuba, el país ha sido objeto de más de 700 actos de terrorismo, cometidos en su mayoría por grupos que operan desde territorio norteamericano, que ocasionaron tres mil 500 muertos, miles de heridos y cuantiosas pérdidas materiales.
Pero sumémosle a esa situación una crisis económica motivada también por la desaparición del campo socialista, un mercado seguro de bienes y consumo, la aplicación de leyes más agresivas para recrudecer ese bloqueo y acelerar la caída d e la Revolución, fenómenos climáticos que agravaron la vida del país y los efectos de una crisis general capitalista que entre otras secuelas dejan un alza creciente en el precio de los alimentos.
Estos factores más errores en la conducción económica del país, donde en no pocas ocasiones ha imperado el voluntarismo, y un crecimiento en hechos de corrupción, por solo citar estos dos ejemplos, han llevado al agravamiento d e la situación socioeconómica de la nación sin renunciar, pese a ello, a logros tan significativos en la salud, la educación, el deporte, la cultura y la seguridad ciudadana.
Cuando hoy se está ya en la celebración del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, antecedido por un proceso popular de consulta de su Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social, que solo en la central provincia de Ciego de Avila contó con más de 30 000 planteamientos, es preciso tener presente la siguiente reflexión del General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejo de Estado y de Ministros cuando el 18 de diciembre de 2010 en la Asamblea Nacional del Poder Popular sentenció: “Hoy añado que las medidas que estamos aplicando y todas las modificaciones que resulte necesario introducir en la actualización del modelo económico, están dirigidas a preservar el socialismo, fortalecerlo y hacerlo verdaderamente irrevocable, como quedó incorporado en la Constitución de la República a solicitud de la inmensa mayoría de nuestra población en el año 2002.”
Hoy, en otro contexto histórico y en una situación socioeconómica muy complicada, no será el 95 por ciento de los cubanos simpatizando con la Revolución, pero su existencia y perdurabilidad se sustenta a mi entender, en un principio esencial : en la unidad, en la cohesión y confianza alrededor del Partido como fuerza rectora de los cambios trascendentales que se inician.
“Perdura lo que un pueblo quiere”, expresó nuestro José Martì en los preparativos de la “guerra necesaria” y el pueblo cubano quiere, trabaja por un socialismo que modernice su concepción y con todos los resortes necesarios garantice “la igualdad de derechos e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, no igualitarismo”.
Un socialismo que ponga con todo rigor, quizás por vez primera en la historia d e la Revolución , al trabajo como derecho y deber, motivo de realización personal donde cada cual debe ser renumerado conforme a su cantidad y calidad. Un socialismo que solo podrá continuar con el concurso de todos los cubanos para “vencer las dificultades y preservar las conquistas d e la Revolución”.
Al resumir la sesión ordinaria d e la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 18 de diciembre último, Raúl Castro sentenció: “Estamos aquí y estaremos por la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica y el espíritu de sacrificio y revolucionario del pueblo de Cuba, que hace mucho tiempo hizo suyo el concepto de que el socialismo es la única garantía para seguir siendo libres e independientes”.
Fuentes:
http://www.bohemia.cu/graficosinteractivos/portada-giron.swf
http://www.ecured.cu/index.php/Anexo:Cronolog%C3%ADa_del_Terrorista_Luis_Posada_Carriles
http://www.tvcamaguey.co.cu/index.php?Itemid=79&catid=63:cuba&id=9283:mision-de-cuba-en-onu-disertan-sobre-terrorismo-de-eeuu&option=com_content&view=article
http://www.cubadebate.cu/raul-castro-ruz/2010/12/18/raul-castro-discurso-en-la-asamblea-nacional/
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