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Elecciones en Cuba. Opina Josè Martì

 “…En una República, un hombre que       no vota es como en un ejército      un soldado que deserta”. José Martí (O.C. T.13. p. 88)  Hoy  más de ocho millones de cubanos van a las urnas para elegir  los  delegados a  las asambleas provinciales del  Poder Popular y a la Asamblea Nacional. Es un proceso muy cuestionado por los enemigos  tradicionales de la Revolución  cubana  que quieren trasladar a la Isla la democracia made in USA que se exporta en mísiles y bombardeo sobre Iraq, Afganistán o se le amenaza a Irán con igual propósito. O la democracia que imperó en Chile, Argentina o Paraguay que  provocó la desaparición de miles de sus hijos.  Aquí en Cuba hoy es el voto   por la dignidad, la independencia y la seguridad de continuar un proyecto social que se sustenta en la unidad en función del  bienestar de todos. Es el voto por el derecho a construir una sociedad según los intereses y proyectos de la mayoría de sus hijos. También en los Estados Unidos está en  marcha una maquinaria electoral encaminada, sobre la base de un financiamiento millonario y el compromiso con los que sustentan el capital, a elegir al Presidente  de la nación más poderosa y agresiva del mundo contemporáneo. Desde enero  de 1880, y por espacio de 15 años, José Martí, Héroe Nacional de Cuba,  conoció de la realidad norteamericana, de sus costumbres, orígenes, cultura,  confrontaciones sociales y de su política doméstica y expansionista.  Llegó  diciendo: “ Aquí uno puede estar orgulloso de su especie”. Dejaba atrás su estancia en varias naciones de Latinoamérica donde no habían muestras de democracia y si  de recias dictaduras después de lograr la independencia de España.  En estos largos  años  fue cambiando su concepción de aquélla república donde ”los representantes suelen ser los siervos de las empresas colosales y opulentas que deciden, en pro, o  en favor, con su peso inmenso en la  hora del voto, la elección del candidato”.  (O. C. T. 9. p.382) Expondremos algunas de las ideas que nuestro Apóstol   concibió a partir  de sus vivencias en  las campañas electorales que le tocaron vivir en los Estados  Unidos en su condición de emigrado revolucionario, con una visión crítica de una sociedad donde realizó una fructífera actividad de organización para llevar a Cuba la “guerra necesaria” a través del Partido Revolucionario Cubano e impedir el traslado a la Patria de los males de esa nación. “?A qué votar,  se iban diciendo ya los ciudadanos, si nuestro voto libre y aislado nada  ha de poder contra el voto organizado del partido?”  (O.C.T 9.P. 98)  “En verdad, no  presentaba esta tierra a los observadores de su máquina política menos deplorable espectáculo que el  de los más viejos y corruptos países. Todas las malas pasiones y todos los ruines apetitos, tenían  aquí el usual dominio, y el usual empelo. Falsedad era el voto…”. (O.C. T. 9. P.100) “En política, no vencen jamás sino los partido interesados y ambiciosos”. (O.C. T. 21. P.268)  “El partido otorgaba el empleo, pero el empleado  quedaba siervo del partido. Es carro de la elección rodaba sobre ejes de oro. (…).  De esta ingeniosísima manera, el partido republicano se había asegurado un triunfo permanente a costa de  los dineros de la Nación”. (O.C.T: 9: P. 342)  “Se conspira, se anatematiza, se ridiculiza, se desfigura al rival candidato” (O.C. T.9. P.106-107)  “Y como el que elige es aquí el que manda, se halaga al que elige, que como se ve no siempre es persona que debiera elegir,_ y se le compra el voto, en este odioso sistema, con una garantía de impunidad futura”. (O.C. T. 10.p.468). “Las elecciones cuesta mucho. Los  capitalistas y empresas ayuda en los gastos de ellas a los candidatos necesitados; y éstos, una vez vencedores, pagan con su voto servil el anticipo de los capitalistas”. (O.C.T.11. P.16) “Allá en los Estados Unidos de adentro los votos se compran y venden (…), pero pasman por lo atrevidos y malignos  el lenguaje y las acusaciones”.  (O.C.T.11.P. 89) “…No podemos aplaudir a los políticos de oficio, que no andan en la cosa pública para preservarla y trabajar por su bien, sino para servirse de ella en beneficio de su ambición o de su bolsa”. (O.C.T.13. p.161) “…Una cosa es partir honradamente la buena fortuna con sus amigos y otra ver la nación como un plato de uso propio, hecho para que se festejen de él los que nos ayuden a ganar  un puesto encumbrado. Votos se  logran así, y puestos;  mas no la fama duradera, que es la única que entre gente honrada puede hacerlos apetecibles”. (O.C.T.13.p.148)  Es justo reconocer  la proyección actual del  pensamiento del revolucionario, poeta, escritor, periodista y ferviente antiimperialista que fue José Martí. Ya en 1873 deportado a España por actividades conspirativas contra la metrópoli es protagonista de la declaración de la primera república en ese país. Y ante su empeño  de continuar  su dominio colonial sobre la Isla , escribe La República Española ante la Revolución Cubana. Le critica y  proclama que una república solo se puede  levantar “en hombros del sufragio universal, de la voluntad unánime del pueblo”. Ya en 1892, en plena acción organizadora de la guerra para  conducir a Cuba y a Puerto Rico a su definitiva independencia da a conocer, en la ciudad de Nueva York, el 5 de enero,  las Bases y Estatutos del Partido Revolucionario Cubano, los que se declaran públicamente el 10  de abril  de ese propio año.Aspira y lucha por algo diferente para los dos sufridos y oprimidos pueblos. No quiere, ni desea, los males de la sociedad norteamericana sustentada en una falsa y corrupta democracia. Plantea en las Bases del Partido: “…Fundar en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer, por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los peligros de la libertad repentina en una sociedad compuesta para la esclavitud”.  (O.C.T 1.P.279) 

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