Más viviendas en Ciego de Avila, Cuba
La necesidad de viviendas es una de las exigencias más recurrentes de la población cubana. La caída del campo socialista puso en crisis la construcción de viviendas en Cuba, pues de un día para otro faltaron los recursos materiales imprescindibles, entre ellos el combustible, para seguir adelante con los programas previstos en este campo. La central provincia de Ciego de Ávila no estuvo, ni está ajena, a esta situación agravada por la incidencia permanente del bloqueo económico, comercial y financiero por parte del gobierno de los Estados Unidos. Desde que en septiembre de 2005 la Asamblea Nacional del Poder Popular decidió reiniciar, e impulsar, la edificación de viviendas en el país, en ese propio año en Ciego de Ávila se concluyeron 2 162, 8 157 en el 2006 y se selló el 2007 con 4 191, de ellas 2 810 por esfuerzo propio. A esas cifras hay que sumar el gran empuje para que en el 2007 se rehabilitaran integralmente 16 edificios multifamiliares, se impermeabilizaran 20, mientras que a 1 308 casas se les restituyó el techo. En general se efectuaron 10 000 acciones de rehabilitación y conservación, cifra sin precedentes. Un elemento negativo es que en ese periodo solo se beneficiaron cuatro cuarterías, de un plan de 25. Lo previsto para el 2008 no deja de ser ambicioso pues junto a factores objetivos como es la escasez de combustible, de transporte y de determinados recursos por la subida de precios en el mercado internacional, no está ausente el déficit de fuerza de trabajo, en primer lugar la especializada pues los operarios se quejan de falta de estímulo y de atención, el deficiente traslado en tiempo de los recursos hasta los 28 puntos de venta e injustificables trámites burocráticos que impiden la agilidad para asumir determinadas acciones constructivas. Llegar a las 4 200 hogares terminados en el presente año es un verdadero reto para el sistema de la vivienda y para el complejo de la industria de materiales que no acaba de recuperarse en todo el potencial que le caracterizó en la provincia. Es propósito, además, hacer 9 216 acciones de rehabilitación y conservación, reponer 1 363 techos, y beneficiar integralmente 20 edificios multifamiliares, y 12 cuarterías. Para alcanzar estas metas que significan bienestar para los avileños, resulta imprescindible contar con el apoyo de la población en cada comunidad y barrio, pues la máxima dirección del Gobierno en el territorio ha afirmado que no será por recursos materiales que se incumpla con lo previsto, pero sí se va a necesitar de mano de obra. A este requerimiento hay que sumar la concepción integral a la hora de proyectar determinados repartos nuevos, como es el caso de El Jiquí, en la capital provincial, donde se levantan más de 100 viviendas, algunas ya habitables, y sus moradores carecen aún de agua potable, de instalaciones de acueducto, y de viales. La provincia de Ciego de Avila tienen un fondo habitacional de 121 500 viviendas, de ellas un 66 por ciento catalogada de buena y el resto entre regular y mal. De ese monto unas 75 000 se construyeron a partir del triunfo de la Revolución. Aún cuando es inevitable reconocer este avance, uno de los objetivos priorizados debe encaminarse a poner fin, progresivamente, a los 3 699 barrios insalubres, a las 1 763 cuarterías y las 6 664 viviendas reportadas como precarias. En los últimos 28 meses en el país se terminaron 194 000 inmuebles y para el 2008 se trabajará por la entrega de 50 000. Tres causas esenciales han impedido avanzar más en esta prioridad estratégica de la Revolución: Las secuelas del derrumbe del campo socialista, el persistente bloqueo económico por parte del gobierno de los Estados Unidos y las afectaciones de huracanes.
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