Yo voy al Primero de Mayo
No importan las consignas, algunas de ellas tan desgastadas en el tiempo, siempre voy al Primero de Mayo. Durante 12 años junto a los trabajadores del sindicato de la Educación y desde 1985 por el de la Cultura. Es un buen momento para el saludo, el intercambio de opiniones con quienes quizás por semanas, unos días, meses o años hemos dejado de vernos.
Los “de afuera” aseguran que nos obligan, que pasan lista, que descuentan del salario, que te lo reflejan en la evaluación, que te sancionan por el Partido o la Juventud, que no compites en la emulación, que no te dan tal artículo o viaje a la playa, siempre tan desactualizados. Yo no he dejado de asistir, sin importar que sea sábado o domingo, es la verdad.
Voy sin importar que me vea el de la sección sindical, el secretario del núcleo del Partido o los de la tribuna.
Desfilo cada Primero de Mayo por los obreros de Chicago, anarquistas que murieron queriendo un mundo de paz, trabajo y bienestar que les permitiera a sus hijos ver el Sol, a los que admiró nuestro José Martì porque ya veía, “amasado por los trabajadores, un universo nuevo, [...]”. Desfilo por los trabajadores cubanos que desde 1890, bajo el coloniaje español, no temieron y reclamaron sus derechos, como también lo hicieron en la republica neocolonial.
Cada Primero de Mayo festejo la obra de la Revolución con sus logros y defectos, aunque en verdad, también, quisiera que cada bandera y cada consigna estuvieran selladas por un triunfo, una victoria como el protagonizado por los agroindustriales azucareros avíleños que ya sobrecumplieron, y con eficiencia, el plan de azúcar de esta zafra para ser los primeros en este desfile del Primero de Mayo.
Así, con cada paso seguro, sin marcha atrás, que cada voz, cada consigna, cada bandera nos de una gloria y que en el próximo desfile por el Primero de Mayo estén de nuevo, como de primero, los azucareros mostrando el cumplimiento de metas superiores, seguidos, o quizás en la vanguardia, con los agricultores, incluyendo esa masa de campesinos, satisfechos, porque su pueblo, está orgulloso de sus niveles de producción y de variedades que se muestran en la mesa de cada avileño, y detrás los constructores con más viviendas y obras sociales, los de la Salud con menos mortalidad infantil y atención esmerada, los de Educación con una enseñanza verdaderamente de calidad, y así, y así… viendo, no perdidos en el tiempo, ni en añoranzas, ni en inalcanzables sueños, el bienestar trazado en cada Lineamiento de nuestro VI Congreso del Partido.
Por eso, cada Primero de Mayo voy e irè, porque me da la gana, voy por mi REVOLUCION.
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