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Comienza Guerra mediática a favor de Cuba

Comienza Guerra mediática a favor de Cuba

Lamentablemente nunca será así. Los más poderosos medios de comunicación están en manos de los poderosos dueños del poder. Y esa coincidencia conduce, en primer lugar, hasta las fuerzas más reaccionarias en el Gobierno d e los Estados Unidos y a las fuerzas más extremistas d e la contrarrevolución cubana, deseosos del fin del reducto más rebelde del socialismo contemporáneo.

Pero si valoráramos los hechos históricos en más de 50 años d e la Revolución cubana, bien merecida que tuviera toda una bien orquestada campaña mediática a favor de su obra, de sus sueños y proyectos.

Todo en esta vida tiene un precio. La historia de firmeza revolucionaria, del sentido de independencia, unidad, dignidad, rebeldía, libertad, humanismo, solidaridad y antiimperialismo no es posible que sea asimilado por un gobierno que el como el de los Estados Unidos solo entiende de arrogancia e imposición. No aceptan la diversidad ideológica, económica ni política, y menos de un país cuyo gobierno revolucionario debió de dejar de existir por el llamado “efecto dominó” desde que la URSS y el campo socialista pasaran al olvido.

Nada justificaba que la revolución cubana considerada hasta ese momento satélite d e la URSS se mantuviera firme en sus principios y proyectos. Resultaba imperdonable que el jolgorio en Miami con la caída del Muro de Berlín, el último símbolo del “socialismo real”, y las maletas hechas para ocupar La Habana se convirtieran en una pesadilla.

Comenzaron a apretarse los tornillos para ahogar en la miseria y las necesidades al pueblo cubano. Ley Torricelli y laHelms Burton, esta última de 1996 cuando el presidente demócrata Bill Clinton la firmó para congraciarse con l a mafia anticubana de Miami, y en la que en uno de sus preceptos se afirma que nace para “fortalecer las sanciones internacionales contra el Gobierno de Castro”.

Es decir, en todos estos años, ni demócratas ni republicanos en la Casa Blanca han renunciado a hacer efectiva la indicación con fecha 6 de abril de 1960, del señor Lester D. Mallory, Subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos que decía: “el único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas (…) Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba (…) negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.

A partir de esa fecha comenzaba el criminal bloqueo económico, financiero y comercial contra la Revolución cubana que hasta estos momentos tiene un balance superior a los 100 mil millones de dólares en afectaciones a la economía y la sociedad, pues no pocos han muerto en la isla, incluyendo niños y niñas, por la imposibilidad de adquirir un medicamento o una tecnología en el mercado norteamericano. Y así se vende la sociedad norteamericana como paradigma de democracia.

Durante su visita a Brasilia, el 18 de diciembre de 2008, Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, expresó a los periodistas: “¿ Por qué el bloqueo? ¿Para qué el bloqueo, salvo que no sea por una incomprensible venganza contra un pueblo que no ha agredido nunca a Estados Unidos? (…)”.

(http://www.cubasocialista.cu/texto/0002013unilateral.html)

¿Quién argumenta todo lo contrario?, podemos preguntar.

Se une a esta situación que en estos 52 años de Revolución múltiples han sido las agresiones; sabotajes, secuestros, asesinatos, intervención militar como Playa Girón, voladora de un avión con civiles, y la introducción de epidemias con afectaciones a la economía y a la vida. Más de 3 000 cubanos, incluyendo niños y niñas, han fallecido o sufrieron lesiones o mutilaciones por la guerra terrorista encubierta desde los Estados Unidos.

Y lo imperdonable es que la nación cuyo gobierno ha establecido toda una estrategia universal de enfrentamiento al terrorismo, permita en franca burla a las leyes de esa país, que Posada Carriles, confeso terrorista y no pocos de sus cómplices, caminen libremente por las calles de Miami, .

(http://cubasocialista.com/carriles1.htm)

Obviando la obra social de la Revolución sin discriminación por origen social, sexo, raza o filiación política o religiosa es frecuente que desde los Estados Unidos, o su aliada incondicional la Unión Europea, se lancen feroces guerras mediáticas contra Cuba donde se censura la existencia de Cinco cubanos presos en los Estados Unidos desde 1998 por comprobadas acciones antiterroristas, a la vez que omiten los logros de la revolución en la salud, la educación, la ciencia, la seguridad social, el deporte, el empleo, o en sus miles de médicos y de maestros por el mundo con la Operación Milagro devolviendo la visión a millones de humildes o el Yo, sí puedo enseñando a leer y a escribir.

Durante 17 años consecutivos la Asamblea General de la ONU ha condenado este bloqueo, teniendo como única respuesta el silencio del gobierno de los Estados Unidos que lo mantiene e incrementa. Encuestas recientes dentro de ese país dan un alto porcentaje de norteamericanos que se oponen al bloqueo e incluso reclaman la posibilidad de viajar directamente a la Isla, una iniciativa promovida dentro del Congreso y que ha sido rechazada por republicanos y demócratas extremistas.

(http://www.cubadebate.cu/noticias/2009/12/06/la-actual-contraofensiva-ideologica-contra-cuba/)

El propósito de destruir a la Revolución sigue latente aun con un Barack Obama demócrata en el poder y que pretende dar una imagen de flexibilidad en sus relaciones con la Isla. Que se sepa estas indicaciones de Bush, del 6 de mayo de 2004, que expresan “los objetivos de la política de Estados Unidos con respecto a Cuba” no se han eliminado:
· Llevar la dictadura implacable y brutal a su fin;
· Ayudar al pueblo cubano en la transición hacia una democracia representativa; y
· Ayudar al pueblo cubano a crear una economía de libre mercado.
(http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2004/05/20040506-7.es.html)

Es verdad que en Cuba se han cometido errores, reconocidos por la alta dirección de la Revolución, que la economía del país aún no es capaz de solucionar las más apremiantes necesidades de la población y de que hay prohibiciones incomprensibles en cualquier parte del mundo. Es verdad también que es este el único proceso revolucionario, con excepción de la Revolución socialista de Octubre, que se ha hecho y avanzando con el sistemático acoso de las fuerzas más reaccionarias y en primer lugar, por el país imperialista más poderoso del universo. En condiciones de guerra no declarada, la revolución cubana existe.

En este enfrentamiento histórico entre la verdad y la arrogancia imperialista valen estas palabras de nuestro José Martí, Héroe Nacional cubano, el 24 de junio de 1875 en la Revista Universal de México: “ La verdad tiene un lenguaje sencillo que seduce a la más indiferente voluntad: los oídos se resisten a ella en vano: ella tiene una fuerza secreta que convence, subyuga y conquista ”.

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