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¿Por quién votarían los cubanos de “a pie”?

¿Por quién votarían los cubanos de “a pie”?

http://yucatan.com.mx/editoriales/opinion/por-quien-votarian-los-cubanos-de-a-pie

Autor: Roberto del Valle Menéndez (*)

Recientemente, en este propio periódico, Jorge Castañeda, ex canciller mexicano, publicaba su comentario “Cuba bajos los presidentes Putin y Obama”, donde concluía preguntando: “Qué elegirían los cubanos de a pie si se les permitiera votar”.

Primero se refiere a la visita de Vladimir Putin por naciones de América Latina y, en especial, lo que ello significa para una Cuba desgastada económicamente y para la interpretación de Washington de este acontecimiento.

El ex canciller es claro. La Habana necesita contar “de nuevo con el oso ruso como aliado”, como bien afirma, por las señales desestabilizadoras de una Venezuela sin Hugo Chávez. Y Rusia, recuperar su influencia en un área sensible bajo la atenta mirada del gobierno estadounidense que observa con preocupación cómo Moscú logró frenar sus pretensiones intervencionistas en Siria, se apoderó de Crimea y ahora apoya a los prorrusos en Ucrania, sin atender las críticas de la comunidad internacional.

Rusia da muestras de sus poderosas garras con un poderío económico y militar ascendente, para tenerse en cuenta en la arena internacional, sin el manto de la extinta URSS.

El líder cubano Fidel Castro acaba de asegurar que el bien de la humanidad sólo lo podían decidir Rusia y China.

Detrás de esa afirmación, de ese elogio, se esconde la necesidad de seguir contando con dos de sus más firmes aliados para la supervivencia de la Revolución, aunque no sea en las condiciones idóneas de los años 60 a finales de los 80.

Pero, ¿qué decir de la interrogante con la que Jorge Castañeda concluyó su comentario “Cuba bajo los presidentes Putin y Obama”?

Otra realidad, alejada de las interpretaciones de analistas, cubanólogos y la actuación delgobierno cubano, ruso, norteamericano, chino y hasta venezolano es el que se da en la cotidianidad de los identificados como “los cubanos de a pie” que desde la caída de la URSS y del campo socialista viven en una profunda crisis económica bautizada como “periodo especial”.

El tema es para escribir más de una cuartilla. Digamos que se sitúan tres urnas. En una votarían los que vivieron y nacieron con la efervescencia de la revolución, de los barbudos de la Sierra Maestra con sus medidas populares, revolucionarias y antimperialistas.

La mayoría de ellos estaría a favor, aunque ya con un ojo crítico por un desgaste económico y social que se hace sentir todos los días con mucha fuerza en la mayoría de la población. Son los comprometidos con una obra incuestionable de servicios de salud, educacionales, deportivos, culturales y de bienestar de las que se sienten protagonistas en su realización.

Los de los años 80 con abastecimientos y precios de productos alcanzables para todos, viajes a buenos hoteles y balnearios con el valor real de su salario, era la llegada del prometido “socialismo real”. Éstos también votarían con la esperanza de ese retorno, aunque también ya cuestionan la tardanza.

A los que les tocó el total rompimiento con ese ideal de socialismo, con el simbolismo de la Caída del Muro de Berlín, que nacieron y crecieron con los apagones de más de 24 horas y las carencias más elementales de artículos y productos de primera necesidad, la pérdida de valores desde el propio seno de la familia, con una corrupción extendida no sólo a los sectores de poder económico y político, sino a los principios sagrados en educación, salud, deporte y cultura y que han desarrollado un pensamiento crítico y rebelde propio con la oportunidad, aunque limitada del acceso al internet con otro enfoque del mundo exterior y de valoraciones externas sobre la propia revolución y su contexto, la votación rompería con la tradicional cultura de la unanimidad.

Éste es un esquema especulativo donde se mezclan todos los criterios generacionales, donde a mi considerar en lo básico a los cubanos no les interesa si se perpetúa un partido, si son tres o diez, si existen tres periódicos nacionales oficialistas o cuatrocientos de diversas tendencias, sino que éste les ofrezca sin limitaciones, sin trabas, los derechos reconocidos internacionalmente y la posibilidad de vivir dignamente, lo que por ahora no se logra para esa mayoría de los de “a pie” que no siente en la mesa y en su realidad circundante el crecimiento económico.

La Revolución, su entorno, se cuestiona a nivel popular, incluso sin temores. Sin embargo, la mayoría opta por su permanencia, aunque el “ya no aguantó más”, “esto es insoportable”, “hasta dónde nos piensan llevar”… forme parte del diálogo diario y no pocos ilusamente “voten” por una práctica de tintes capitalistas pero que mantenga educación, salud, deportes y cultura con las virtudes, errores y gratuidades del socialismo cubano.

Hay que esperar por esa opción del derecho a votar por otro partido, por otra opción, por otro programa, por otros sueños. La dirección histórica de la Revolución ha afirmado que esto sólo será posible cuando el gobierno de los Estados Unidos deje a un lado sus sutiles o abiertas intervenciones contra Cuba, cuando existan relaciones normales sin condiciones. Y esto ya no será con Barak Obama, ni quizás con los Castros.- Mérida, Yucatán.

delvalle_roberto@yahoo.es

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*) Periodista cubano radicado en Yucatán

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