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Henrique Capriles Radonski le tiene miedo a los espíritus

Henrique Capriles Radonski le tiene miedo a los espíritus

Hace unos días disfrutando de  TeleSur, el canal del Sur que lamentablemente demoró en llegar a los cubanos, vi una intervención del señor Henrique Capriles Radonski, opositor, en  su precampaña por la presidencia de Venezuela. Lo encontré alterado, preocupado porque se estaba desarrollando una “campaña de espíritu”, es decir, se aprovecha la desaparición física  del Presidente Comandante Hugo Chávez para hacer proselitismo político a favor  de Nicolás Maduro, el actual Presidente Encargado y candidato por el  Partido Socialista Unido de Venezuela.

 Y es verdad, lo que sucede es que en su historia, ni en la pasada, ni en la reciente, la derecha y la oligarquía Venezolana tienen un símbolo, un paradigma, una referencia digna, honesta, patriota, humanista que en su gobierno o ideario cumpliera con los deseos, los sueños y aspiraciones de su pueblo.

 Sencillamente, ninguno.

 Fueron dictaduras, gobiernos corruptos y traidores, administraciones que como el  de Carlos Andrés Pérez desató una rebelión popular ante un paquete neoliberal insoportable que llevó a la masacre y que tiene en el Caracazo, en febrero de 1989, su mayor expresión.

 A quién mirar, a quién levantar como bandera? Henrique Capriles Radonski y sus aliados, incluso sus asesores desde el Norte, no tienen propuestas, no tienen donde buscarlas y esto lo pone mal, cuestiona la validez de  las próximas elecciones el 14 de abril  e insinúa posibles disturbios que puedan llevar hasta a una guerra civil para desconocer los resultados si no le son favorables.

 El gran problema es que la muerte prematura de Hugo Chávez Fría, hombre de procedencia humilde, soldado, oficial, rebelde, golpista y presidente en un legítimo proceso electoral, lo convirtió en lo que él mismo había  previsto: En un instrumento del pueblo.

 Chávez, el presidente latinoamericano, que a más procesos electorales se sometió en 14 años desde que en 1998 asumió el poder con un 56.2 por ciento de los votos, lo hizo desde la perspectiva integracionista y de unidad del prócer Simón Bolívar, el Libertador, con  mecanismos concretos como UNASUR, ALBA, PETROCARIBE, Operación Milagro Internacional, CELAC, y otros,  para beneficio de los más humildes en condiciones de beneficio común sin la intervención del imperio yanqui.

 Pero si solo por ese resultado llega al máximo reconocimiento de los pueblos del área, lo más importante, lo trascendental, lo que le permitió rebasar ese resultado, fue lo que primero fue capaz de hacer por sus nacionales.

 Acabó con el analfabetismo, logró incluir a Venezuela en el  Indice de Desarrollo Humano Alto con una sensible reducción de la pobreza, del desempleo, de la desigualdad, con una cobertura de salud gratuita accesible a todos los ciudadanos, eliminación de la exclusión en el ingreso a los centros universitarios, diversificó los sectores productivos y de servicios con una industria nacional, toda una obra sustentada en más de 30 misiones.

 En esa realidad que se consolida, se proyecta  al futuro la candidatura a la presidencia de Nicolás Maduro que ha asegurado continuar con el programa del Socialismo del Siglo XXI concebido por Hugo Chávez Fría, quien en octubre último ganó la reelección con un contundente 54,4 por ciento de los votos.

 Y precisamente ahí está la esencia  del temor del señor  Henrique Capriles Radonski, el representante de la extrema derecha y la oligarquía Venezolana, apoyada desde los Estados Unidos, pues esa “campaña de espíritu” cuenta hoy con  el apoyo de la mayoría del pueblo venezolano,  pues no es sigue a Hugo Chávez Fría, se sigue  una ideología.

 

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