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Científico de Ciego de Ávila listo para el Mar Habana 2013

Científico de Ciego de Ávila listo para el Mar Habana 2013

 No solo pasa intensas jornadas de trabajo en el laboratorio del Centro de Bioplantas en la Universidad Máximo Gómez Báez, en la búsqueda d e información en Internet, en labores de campo evaluando efectos o concibiendo proyectos para el desarrollo económico de Ciego de Ávila y el país.

 El Doctor en Ciencias Agrícolas, Marcos Edel Martínez Montero todos los días de dedica un tiempo a correr para tener mejores resultados en el Mar Habana,   previsto para noviembre próximo.

 ¿Es correr solo una meta?:

 _ No, participé en los eventos de 2009, 2010 y 2012, el único avileño en este último y siempre por mi cuenta, es decir, sin ayuda de institución alguna, es una decisión muy personal.

 Ahora quiero estar en los 42 kilómetros por  debajo de las cuatro horas, mi ultimo resultado, ese es mi sueño.

 Pero lo más importante, además de esta satisfacción personal, es lo que este  ejercicio me proporciona en salud, en enfrentar el estrés en un arduo proceso investigativo y ante los retos de la cotidianidad.

 Este científico de 42 años de edad llega a correr entre 80 y 100 kilómetros cada semana, por lo general en solitario, pues los que en algún momento se le han unido, no han seguido.

 ¿Preparación especial?:

_ Ninguna, solo por las causas que te expresé, pero si he buscado información sobre procedimientos y métodos para hacer esta práctica lo mejor posible, sin afectación.

 Además, mira (me muestra su abultado estómago), y no me preocupa, pues tampoco es exagerado, forma parte de mi estructura, me acompaña desde hace muchos años y no es justo desaparecerlo.

 Si te aseguro que es muy difícil que me enferme, además, no tengo dieta, lo de siempre, no dejo de comer arroz, siempre ligado con algo, hasta con sopa, muchas frutas, vegetales, el plátano no me puede faltar y hasta la malanga, y si los precios en el mercado fueran más favorables, te aseguro que nada de esto faltaría en mi mesa, ni un día.

No fumo, ni bebo,  pero tengo un horario de descanso nocturno de seis horas que es inviolable.

 Ahora no recuerdo si hubo una motivación especial, pero corro desde los ocho años, no lo deje ni cuando ingrese al preuniversitario  vocacional Máximo Gómez en Camaguey y después en la URSS, cuando llegaba el invierno esquiaba.

Me resulta una necesidad fisiológica, que según los médicos contribuyó a que pudiera  resistir y recuperarme de una compleja operación de obstrucción intestinal. Esto fue en el cuarto año de la carrera, y después de recobrarme seguí corriendo.

 Para el Doctor en Ciencias Agrícolas Marcos Edel Martínez Montero, correr forma parte de su estilo de vida que asegura le fortalece física y mentalmente.

 ¿Niñez?:

 _ Muy  compleja, familia muy  humilde  en  el barrio de LLega y Pon, después El Vaquerito, en la Ciudad de Morón, De cuatro soy el hermano mayor, todos profesionales gracias a la revolución y al empeño d e mis padres Pedro Edel y Esperanza.

 No supe de juguetes, mi padre solo me compraba libros de aventuras y cuentos y me obligó a leer todos los periódicos. Quería que fuera médico, que no pasara sus trabajos, sus limitaciones.

 Vistaba  las escuelas a exigirles a los maestros que me llevaran contra la pared, muchas tareas y hasta cuando fui para la Vocacional se hizo bufetero del tren Morón _ Camaguey para reclamarle los mismo a los profesores, casi vuelve loco al de inglés.

Así fue como  alcance tal habito de lectura que siempre estudie por los libros, nada d e notas de clase y  con orgullo puedo afirmar que no  cometí nunca fraude y siempre obtuve notas de excelente, hasta en la universidad.

 ¿Y qué pasó con la medicina?:

 _Total rechazo, pues le tenía, y tengo terror, a los estomatólogos. Mi padre se enteró cuando estaba a punto de partir para Moscú a estudiar una especialidad tan compleja como su nombre: Tecnología Química de los Elementos Raros y Dispersos en el perfil nuclear, que al desaparecer la URSS se trasformó en Ingeniero Químico en Combustible Nuclear, pues en la Universidad se dijo que estaba más acorde al mundo occidental.

 ¿Cómo fue esa transición de nuclear a agrícola?:

 _Regresé, además, con una maestría en Ciencias Químicas que aquí, increíblemente no se reconoció oficialmente, y también sin empleo, pues no siguieron los proyectos de terminales nucleares que se construirían en Cuba con el apoyo soviético.

 De una posible plaza d e profesor de química en la universidad avileña se me ofreció la oportunidad de ser uno de los fundadores del Centro de Bioplantas y no me arrepiento, aunque era un mundo muy diferente a mi preparación profesional.

 Por este  camino llegué a Doctor en Ciencias Agrícolas con una especialización en la  Conservación de ápices de piña a largo plazo en nitrógeno líquido, lo que contribuye a la supervivencia genética de esta fruta.

 ¿Una meta?:

_Seguir corriendo por todo el beneficio que ha representado en mi salud e investigar y aportar a la economía de la provincia y el país.

 Puedes estar seguro que en este Mar Habana cumplo mi sueño.

 El Doctor en Ciencias Agrícolas Marcos Edel Martínez Montero es el autor principal d e la investigación citada, muy vinculada a un campo científico tan complejo y tentador como el de la crioconservaciòn en plantas.

 Ha tenido una participación destacada en eventos internacionales y desarrollo d e proyectos en Bélgica, Francia, España, Gran Bretaña, Alemania, Brasil, Colombia, Argentina y Ecuador.

 Tiene concebidos màs de 20 proyectos con instituciones foráneas, con más de 30 publicaciones en revistas de impacto. Fue miembro d e la Sociedad de Biología de Bajas Temperaturas de Gran Bretaña y ahora de la Sociedad Internacional de Ciencias Horticulas (ISHS), en Bélgica.

 Trabaja arduamente en la organización en Cuba del Tercer Simposio Internacional de Crioconservaciòn de Plantas que ya tuvo sede en Bélgica y EEUU, y a la vez d e la próxima edición de BioVeg, el principal evento científico del Centro de Bioplantas de la Universidad Máximo Gómez Báez, ambos para el 2017.

 Ha sido además, Premio de la Real Academia de Gran Bretaña, Distinción Especial del Ministro de Educación Superior de Cuba y en tres ocasiones premio d e la Academia de Ciencias de Cuba.

 En el maratón de este científico avileño se suman otras medallas:  Humildad, consagración, empeño, previsión, valentía, disciplina, modestia, dignidad, patriotismo y una familia compuesta por dos hijos y esposa, la también investigadora Yanet Quiñónez.

 

 

 

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