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Cuba y la ètica antiterrorista del Presidente Bush

 

Por: Roberto del Valle Menéndez

 

Para Cuba, incluida por el  Departamento de Estado de los Estados Unidos en la nómina de países en “la lista negra”,  no funciona la ética antiterrorista del  Presidente Bush establecida a partir de su discurso en la Casa Blanca el 21 de septiembre de 2001.

Solo habían transcurrido 10 días del fatídico atentado a las Torres Gemelas en Nueva York. Allí expresó: Y perseguiremos a las naciones que proporcionen ayuda o refugio al terrorismo. Todas las naciones en todas las regiones deben tomar ahora una decisión: o están con nosotros o están con los terrorista.(…)Cualquier nación que continúe dando refugio o apoyando el terrorismo será considerada por Estados Unidos como un régimen hostil.

¿Sabrá Bush que desde los mismo inicios de la Revolución Cubana, a partir de sus medidas económicas y sociales, como la Primera Ley de Reforma Agraria que eliminaba el latifundio y entregaba las tierras a los campesinos, comenzaron a organizarse en  Miami organizaciones contrarrevolucionarias que, integradas por asesinos del derrocado Gobierno de Fulgencio Batista, pretendían destruir la naciente Revolución? .

Organizaciones que tuvieron su ramificación en la Isla y que con ayuda del Gobierno de los Estados Unidos  promovieron alzamientos, atentados y sabotajes con la pérdida de más de 3 000 cubanos  y cuantiosos daños a la economía.

 

En el sitio web latino.msn.com, con fecha 3 de agosto de 2006, la agencia española EFE, reportaba: Principales organizaciones del exilio cubano. Es decir, las más recientes o algunas de ellas que han logrado sobrevivir en el tiempo con la cooperación,  y el financiamiento, del Gobierno norteamericano. Ahí se incluían 20 bien definidas en sus propósitos de acabar  con  la Revolución, como la Fundación Nacional Cubano Americana, de la familia Mas Canosa,  El Consejo por la Libertad de Cuba, Hermanos al Rescate,  Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos (Brigada 2506, la misma que en menos de 72 horas fue aplastada por las Milicias Nacionales Revolucionarias en Playa Girón),  y las paramilitares Alpha 66, Omega 7,  Partido Unión Nacional Democrática, Comandos L, Comandos F4 o Comandos de Resistencia Interna.

 

Pero, además de esto el actual gobierno de Bush, aliado incondicional de la Mafia anticubana de Miami, ha propiciado la entrega de sumas millonarias a esas y otras organizaciones para subvertir el Estado cubano. No se puede pasar por alto que en mayo de 2004 la llamada Comisión de Asistencia a una Cuba Libre, con la aprobación de Bush, no tenía otro objetivo que  la promesa de acabar con la Revolución de Fidel  Castro y el 10 de julio de 2006, el propio Presidente de los  Estados Unidos, ratificada las indicaciones para acelerar el bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba y acelerar la caída de La Habana.

 

Este paquete de acciones y medidas se sustentaba, entre 2007 y el actual 2008, en la asignación de  más de 80 millones de dólares por parte del Gobierno de los Estados Unidos, de ellos solo 24 millones para incrementar  la propaganda  anticubana.

Queda claro que esta concepción antiterrorista a partir de  estos postulados: Y perseguiremos a las naciones que proporcionen ayuda o refugio al terrorismo. Todas las naciones en todas las regiones deben tomar ahora una decisión: o están con nosotros o están con los terrorista.(…), no se aplican, ni se aplicarán jamás, con respecto a la Cuba revolucionaria.

 

Luís Posada  Carriles,  Orlando  Bosch, Ernesto Diaz,  Pedro Crispìn,  Remòn Rodríguez, Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll, Josè Basalto, Mas Canosa, y Armando Valladares, y muchos otros personajes, unos más que otros implicados en acciones criminales contra el pueblo cubano, viven libremente en Miami y se reconocen públicamente como luchadores anticastristas.

 

Es decir,  que este postulado del discurso de Bush el 21 de septiembre de 2001 en la Casa Blanca, donde afirma que Cualquier nación que continúe dando refugio  o apoyando el terrorismo será considerada por Estados Unidos como un régimen hostil, no tiene validez para detener y enjuiciar con todo el peso de la Ley a esos señores. Por la lógica del sentido común el propio gobierno de los Estados Unidos no sería capaz de considerarse a sí mismo  “un régimen hostil” por  propiciar dentro de su territorio el nacimiento y mantenimiento de organizaciones de abierto carácter  terrorista y del libre movimiento de sus miembros.

 

¿Qué sucede en cambio con  Gerardo Hernández Nordelo,  Ramón Labañino,  Antonio Guerrero,  Fernando González y René Gonzáles, prisioneros desde septiembre de 1998 en cárceles de los Estados  Unidos por realizar comprobadas acciones contra el terrorismo que se organizaba desde Miami, contra Cuba y que  no afectaban la seguridad nacional de los Estados Unidos?.

En una causa judicial de total perfil político  todos ellos recibieron  injustas condenas que incluye  hasta más de una cadena perpetua.

No cabe dudas que con respecto a Cuba no tiene sentido, ni aplicación, la ética  antiterrorista del Presidente Bush. Hay una razòn lògica para ello. Desde 1959 la plataforma de gobierno, con demòcratas o republicanos en el poder, es destruir el ejemplo que significa para el mundo, y en especial para los paìses latinoamericanos, la Revoluciòn cubana, que sin ser perfecta, muestra una realidad diferente y alcanzable sin los resortes del capitalismo.

 

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